Los bolígrafos y el medio ambiente

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Los bolígrafos y el medio ambiente.

Cada año generamos individualmente unos 500 kilos de basura, la cual se compone aproximadamente de un 25% de plásticos.

Este número va en aumento con el paso de los meses y, aunque las iniciativas contra las bolsas de plástico se han popularizado, todavía hay residuos que parecemos no saber evitar.

Un ejemplo es el bolígrafo desechable.

Ya sabes, el clásico boli de plástico de un sólo uso que nos regalan en cualquier evento o reunión, que acumulamos por docenas en los cajones de nuestro escritorio, y que perdemos y volvemos a obtener a un ritmo casi vertiginoso.

Aunque la gran mayoría de campañas se centran en buscar solución a las bolsas y a las botellas de plástico, la verdad es que los bolígrafos desechables tampoco son un problema pequeño, que digamos.

Cada año se tiran en América 1.6 billones de bolígrafos

Según un estudio de la EPA, cada año se tiran solo en América 1.6 billones de bolis. Si añadimos la resta del planeta y lo multiplicamos por las décadas que hemos utilizado este producto para escribir, podremos comprender en parte las islas de basura del tamaño de Texas que se encuentran en el océano.

Es fácil comprender la popularidad de los bolis desechables: son de bajo coste, de cómoda utilización y pueden encontrarse en todas partes.

Sin embargo, no dejan de ser productos con fecha de caducidad. Un bolígrafo puede durar entre 1 y 5 meses, depende del uso que se le dé.

Además, su composición de plástico no biodegradable es muy difícil de reciclar, por lo que contribuye a la acumulación de tóxicos en el medio ambiente.

Soluciones ante la problemática

Muchos de los bolígrafos que usamos son objetos publicitarios de marcas y eventos, muchos de ellos son de pésima calidad.

La verdad es que, ante la problemática situación de los bolígrafos desechables, han surgido varias alternativas.

Algunas tan básicas como bolígrafos de plástico reciclado, y otras tan originales como los hechos de papel con semillas interiores que pueden ser plantadas una vez termines la tinta.

Mi alternativa preferida, no obstante, y la que he acogido desde Noviembre por funcionalidad y comodidad, es la de la pluma estilográfica.

Esta herramienta, considerada como una de las mejores para escribir, son más caras que los bolígrafos, pero solo necesitan comprarse una vez.

Anteriormente las utilizaban en su día a día, y tan solo tenía que rellenar la tinta a medida que se fuera gastando –tinta que puede ser ecológica y puede comprarse en botes de vidrio.

Un sistema con sentido, cómodo y sostenible. Al fin y al cabo, lo que realmente necesitamos es tinta.

Realizar el cambio a una herramienta de escribir reutilizable es sencillo y efectivo, y puede ayudar enormemente al planeta. Además, las plumas, que requieren de menor presión manual, permiten sesiones de escritura más cómodas y más largas, y ofrecen una mayor variedad en cuanto a surtido de colores para las tintas.

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Con información de : https://ecoinventos.com/

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