Por David Rubio
Lo vi por primera vez
en la casa de la abuela,
me le acerqué con cautela
a causa de mi niñez.
Mas, su sonrisa cortés
me devolvió la confianza,
vi el rostro de la templanza
del decoro y la bondad,
al símbolo de la humildad
hoy le brindo esta semblanza.
Personaje inolvidable
lo es sin duda, Juanote,
con su mecapal y al trote
su imagen queda imborrable.
Caminante infatigable
que recorrió la ciudad,
sirviendo a la sociedad
como cargador de oficio,
dando por siempre un servicio
de primera calidad.
De figura corpulenta
y una fuerza impresionante
igual cargaba un diamante
que a una mujer parturienta.
De sus historias se cuenta
ser amante de la música,
principalmente la clásica
que escuchaba con acierto,
cada viernes de concierto
de nuestra Orquesta Sinfónica.
Con su muerte se llevó
ese pasado glorioso,
de aquel Xalapa armonioso
que en el tiempo se perdió.
Y de Juanote quedó
el recuerdo de su vida,
y una ofrenda merecida
que en rima le manifiesto:
“por tu vivir tan honesto
Xalapa nunca te olvida”.
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