Por: Arq. Braulio Javier García N.
En la arquitectura existen diversas corrientes dirigidas a mitigar los efectos que la humanidad tiene en el medio ambiente.
Las formas en que la arquitectura busca ser más amigable con el entorno se vuelven cada vez más frecuentes, lo cual beneficia a todos nosotros que compartimos este planeta.
A medida que la conciencia del respeto al medio ambiente y la responsabilidad del ser humano en sus múltiples actividades para cuidarlo y protegerlo siguen creciendo, la arquitectura ha evolucionado de diversas maneras para reducir su impacto en el medio ambiente.
Estas formas incluyen tendencias de diseño, medidas en la construcción y adaptaciones posteriores o complementarias para hacer que las edificaciones sean más amigables con su entorno.
Dentro de las nuevas tendencias de diseño amigables con el medio ambiente, se encuentran la bioarquitectura y la arquitectura bioclimática, que implican importantes medidas en el diseño del hábitat para no afectar el entorno e incluso mejorarlo.
Estas corrientes innovadoras avanzan en diversas direcciones, y aunque algunas pueden parecer regresar a técnicas ancestrales, en realidad están adaptando elementos del entorno, materiales y técnicas para construir edificaciones modernas y cómodas con un impacto ambiental mínimo.
Hablar de estas nuevas construcciones, muchas de las cuales se desarrollan en todo el mundo, es reconfortante porque demuestra una creciente conciencia del respeto al entorno y al medio ambiente que nos rodea.
En el ámbito de las construcciones mega o monumentales, desde hace tiempo se mide su impacto en el entorno a través de la huella de carbono.
La Organización Internacional de Normalización (ISO) ha establecido normas para medir la huella de carbono, bajo la premisa de que solo se puede mejorar lo que se puede medir.
Por lo tanto, la normalización y la aplicación de estas normas en cada país son un avance importante que sienta las bases para la concienciación sobre el fuerte impacto que la construcción civil y arquitectónica tiene en el medio ambiente.
Además de los avances en nuevas construcciones, se han realizado mejoras y adaptaciones en construcciones ya existentes, utilizando técnicas milenarias como el Feng Shui, así como la implementación de enotecnias y ecotecnologías a favor del medio ambiente.
Hablar de estas nuevas construcciones, muchas de las cuales se desarrollan en todo el mundo, es reconfortante porque demuestra una creciente conciencia del respeto al entorno y al medio ambiente que nos rodea.
La Organización Internacional de Normalización (ISO) ha establecido normas para medir la huella de carbono, bajo la premisa de que solo se puede mejorar lo que se puede medir.
Por lo tanto, la normalización y la aplicación de estas normas en cada país son un avance importante que sienta las bases para la concienciación sobre el fuerte impacto que la construcción civil y arquitectónica tiene en el medio ambiente.
En este sentido, en el estado de Puebla y en México, han lanzado una importante iniciativa que merece análisis y posibles réplicas a nivel nacional.
Esta iniciativa implica la implementación de techos verdes en todos los edificios públicos, denominada «Programa de Naturación de Azoteas» o «Azoteas Verdes», con la participación de los 217 municipios de la entidad.
Esta medida es relevante, ya que implica un análisis de los métodos de diseño que se deben implementar.
Aunque al principio es una medida obligatoria, la estandarización y el cumplimiento fomentarán que las personas se acostumbren a utilizar techos verdes y quieran implementarlos gradualmente en sus propias residencias, generando un efecto dominó.
Además, el uso de ecotecnologías ha aumentado considerablemente, como los focos LED y los paneles solares, métodos que contribuyen significativamente a la generación de energía y a la reducción del consumo de energía eléctrica pública.
Esto contribuye de manera importante a la disminución de la huella de carbono generada por las plantas de energía, ya sean nucleares, termoeléctricas, entre otras.
En resumen, existen diversas corrientes que avanzan con fuerza para proteger el medio ambiente y el entorno que nos rodea.
Si bien aún queda mucho por hacer, el cuidado, el respeto y la mejora del medio ambiente no son una meta, sino un camino que debemos recorrer.
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