A 50 años de «Wish You Were Here»: El lamento eterno de Pink Floyd por Syd Barrett y su rebelión contra la industria musical
Londres, 1975 — Mientras el mundo bailaba al ritmo del glam de David Bowie y el disco de Bee Gees, Pink Floyd se encerraba en los estudios Abbey Road para gestar un álbum que no buscaba agradar, sino exorcizar. Wish You Were Here, lanzado en septiembre de 1975, no fue solo un disco: fue un duelo sonoro por Syd Barrett, el genio perdido del grupo, y una crítica feroz al engranaje impersonal de la industria musical. Hoy, medio siglo después, su eco sigue resonando con fuerza.
El fantasma de Syd Barrett
La historia tiene tintes de leyenda. El 5 de junio de 1975, mientras la banda grababa Shine On You Crazy Diamond —una elegía para Barrett—, un hombre calvo, con las cejas afeitadas y mirada ausente entró al estudio. Nadie lo reconoció al principio. Era Syd. El mismo que fundó Pink Floyd, el mismo que se perdió en los laberintos del LSD y la esquizofrenia. Roger Waters rompió en llanto. Fue la última vez que lo vieron.
“Shine On… es nuestra forma de decirle: ‘Te vimos desaparecer, y no pudimos salvarte’”, confesó David Gilmour en 2006.
Un disco maldito (y revolucionario)
- La creación de Wish You Were Here fue todo menos sencilla:
- La banda estaba exhausta tras el éxito de The Dark Side of the Moon.
- Las sesiones se extendieron por nueve meses, marcadas por el perfeccionismo y las tensiones internas.
Experimentaron con tecnología pionera: el sintetizador EMS VCS 3 y cintas en loop para crear atmósferas únicas, como el inquietante «latido» en Welcome to the Machine.
Incluso la portada fue un acto de riesgo. El estudio Hipgnosis hizo que dos hombres —uno de ellos, un chef llamado Ronnie Rondell— se prendieran fuego frente al lago Warner Bros. en California. Las llamas alcanzaron los 15 cm de sus cuerpos. Todo por capturar la metáfora perfecta: el arte que consume.
“El hombre en llamas era la metáfora perfecta: el arte te consume, pero vale la pena”, explicó Storm Thorgerson, diseñador de la portada.
¿Por qué importa en 2025?
Salud mental: Las letras dedicadas a Barrett resuenan hoy en una era marcada por la ansiedad digital y el aislamiento.
Crítica a la industria: Welcome to the Machine anticipó el control de los algoritmos, la deshumanización del artista y el poder de las discográficas.
Influencia artística: Desde Radiohead hasta Billie Eilish, múltiples artistas citan este álbum como una fuente de inspiración.
Un dato que lo eleva aún más: en 2016, la NASA transmitió Wish You Were Here a la sonda New Horizons como “mensaje humano al espacio”.
“Fue el álbum más difícil. Sabíamos que era especial, pero no queríamos que fuera un Dark Side 2”, recordó Nick Mason, baterista de la banda.
¿Dónde escucharlo hoy?
Remasterizado en The Endless River (2014).
Edición en vinilo limitada por su 50 aniversario, con fotos inéditas y material exclusivo.
Wish You Were Here no solo fue un disco. Fue una despedida, una denuncia y una obra que, medio siglo después, sigue preguntando: ¿Dónde estás, Syd? ¿Y dónde estamos nosotros, en esta máquina que no deja de girar?
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