Miedo a la separación
Hace un par de años me separé, siendo sincera nunca me case y mi vida en pareja fue fiasco; di todo por una persona que solo buscaba recibir. Tal vez cuando leas esto, si estás casado termines decidiendo separarte así que antes de continuar leyendo…
Bueno como te decía, entregue todo por una persona que solo quería recibir y no, esto no es una suposición, es un hecho concreto. Un día después de habernos separado, aquel hombre que juraba amarme tanto como yo lo hacía, tuvo el descaro de decirme: “Paola, cuando estábamos juntos pensaba que tú tenías que hacerlo todo” esa y otras confesiones que decidió hacer, me ayudaron a darme cuenta que mi vida en pareja era más disforme de lo que creí.
Ahora me río al recordar, pero en su momento mi proceso de separación fue muy doloroso y largo. No creas que un día desperté y decidí desapegarme de ese amor, dejarlo, tomar mi dignidad e irme ¡Caray! ¡Qué fácil hubiera sido! Pero no, fueron momentos difíciles; días de depresión, soledad, añoranza y preocupación, tanto fue mi dolor emocional que empezó a volverse malestar físico. Ahora me encuentro mucho mejor incluso mejor que cuando estaba enamorada viviendo una fantasía y creía ser la mujer más feliz y dichosa del mundo, pues ese fue solo un espejismo.
No todo fue tan malo, me hizo crecer emocionalmente, poner los pies en la tierra. Antes era una mujer que creía en príncipes y en el “…y vivieron felices por siempre” y no solía tener muchas amigas pero estos últimos tres años todo eso ha cambiado. No creo en los cuentos de hadas y he logrado hacer buenas amistades. Lo curioso es que todas o se están separando o ya se separaron.
La primera amistad que hice fue una chica que me preguntó recién la conocí –oye Pao ¿estás casada?– le contesté que no, que me había separado y lo chistoso fue su respuesta inmediata “Con razón siempre estás tan tranquila…” No daré detalles pero después de un par de meses me buscó para decir que se acababa de separar y lo mal que lo estaba pasando, me parece que ahora se siente mejor y más tranquila. Conclusión: las apariencias engañan.
Y así te puedo contar muchas historias en dónde el hombre no valora a la mujer. Ojo: no soy una feminista radical que considera que todos los hombres son malos; en este mundo hay de todo, pero en mi experiencia, la mujer muchas de las veces es la que más da.
Parece que las relaciones duran cada vez menos, ya no hay matrimonios que duren toda la vida y muchas personas podrán culpar a la tecnología pero yo culpo a la mujer. Por qué cuando una fémina se cansa se va, ya no tolera infidelidades, golpes, gritos ni maltratos; porque siendo sincera, considero que en su mayoría los matrimonios de antes duraban porque la mujer tenía que aguantar al marido.
Vuelvo a aclarar que no creo que todos los varones sean iguales, tengo muy claro que también hay buenos, conozco un par, fuera de mi papá y mi abuelo.
Bueno, más que contarte un par de historias tristes me gustaría darte fuerza si estás pasando por un proceso similar, decirte que ese dolor va a pasar.
Así que mujer, llora pero levántate cómo siempre lo has hecho, sigue adelante con esa sonrisa que te caracteriza, sigue dando amor.
¡No tengas miedo a un nuevo comienzo!
Paola Morales